MARKETING
Cómo construir marcas sin HUMO: marketing con propósito verdadero
Estamos viviendo en una época donde el marketing vacío, por suerte, está en jaque. La gente ya no compra promesas, compra coherencia. Y eso lo cambia todo.
Según el Edelman Trust Barometer 2024, el 71% de los consumidores desconfía de los mensajes de las marcas si no los ve respaldados en acciones reales. La desconfianza no es un problema aislado: es el nuevo escenario de juego.
¿Qué significa no vender humo? No es solo “decir la verdad”. Es alinear lo que comunicás con lo que realmente hacés. Es que la experiencia de cliente, los productos, la cultura interna y los mensajes públicos estén en sintonía.
Marcas como Patagonia no necesitan llenar de slogans su publicidad: sus decisiones hablan. Desde donar el 1% de sus ventas a causas ambientales hasta invitar a reparar prendas en vez de comprar nuevas. No hay brecha entre su propósito y su forma de hacer negocios. Eso construye algo que hoy vale más que cualquier publicidad: credibilidad.
El propósito real de una marca no surge de una sesión de brainstorming. Surge de su historia, de su cultura, de la forma en que entiende el mundo y cómo actúa en consecuencia.
Un dato que no es menor: el 66% de los consumidores globales prefieren marcas que reflejan sus valores (Accenture Strategy, 2024). Hoy no alcanza con tener un buen producto o servicio. Se busca algo más profundo: sentirse representados.
Según un informe de Deloitte Global 2024, el 75% de los consumidores de la Generación Z espera que las marcas actúen en temas como la sustentabilidad, la diversidad y la ética de manera genuina, no como una estrategia de marketing.
Para ellos, el propósito no es un plus: es el punto de partida. La autenticidad no es negociable. Y si las marcas no son consistentes, lo detectan en segundos.
El propósito auténtico tiene efectos concretos:
- Mejora la conexión emocional con el cliente.
- Guía las decisiones comerciales (qué hacer y qué no).
- Diferencia genuinamente en mercados saturados.
Cómo creemos que se debe construir una estrategia de marketing con propósito real, desde el propósito y no como una tendencia, es un pensar en un compromiso de largo plazo.
Algunos pasos claves:
- Revisá tu historia: entendé qué te trajo hasta acá y qué valores no estás dispuesto a negociar.
- Elegí causas que realmente vivas: no intentes sumarte a modas si no forman parte de tu esencia.
- Comunicalo con hechos: que el propósito no sea una categoría más en tu web; que se vea en tus decisiones, tu atención al cliente, tu cultura interna.
- Aceptá que implica decir algunos “no”: no todo negocio que aparece es bueno si compromete tu propósito.
Algo importante y que se convierte en un error frecuente es querer “ser todo para todos”. La consecuencia: el cliente percibe inconsistencia y se aleja.
El marketing que viene
El futuro no es del marketing que más grita ni del que más promete. Es del marketing que construye relaciones reales basadas en valores compartidos.
Cada vez más, los consumidores eligen marcas que los respetan, que no los subestiman, que los invitan a formar parte de algo más grande.
¿Dónde empieza todo eso? No en una campaña publicitaria. Empieza en las decisiones de todos los días. En la forma en que tratás a tus clientes, a tu equipo, a tu comunidad.
La buena noticia es que nunca es tarde para empezar. Si tenés la voluntad de construir desde la verdad, el marketing deja de ser una estrategia y pasa a ser una consecuencia natural.
Y cuando eso pasa, no hay humo que lo tape.